No es ningún secreto que el chantaje está muy arraigado en la crianza.
«Si recoges tu habitación, te dejo ver la tele», «Si no haces tu cama, no te dejaré jugar con la pelota» o «Tienes que ir a casa de los abuelos o se pondrán muy tristes». Escuchamos estos ejemplos y no nos suena tan raro, ¿verdad?
¿Qué ocurre? Que muchas veces los adultos recurrimos a estos chantajes sin ser prácticamente conscientes. Es algo que tenemos tan sumamente automatizado que nos sale solo, sin pensar.
Por eso, lo importante aquí no es sentirnos los peores padres del mundo ni fustigarnos por los errores que hayamos podido cometer hasta ahora, sino reflexionar sobre ello y reconocer estos mensajes, para así evitarlos en la medida de lo posible y poder educar a nuestro peque con amor y respeto.

Pero, ¿qué es exactamente el chantaje y qué implica?
Se entiende que el chantaje existe cuando se manipula o presiona a otra persona para hacer algo que nosotros queremos. Además, esta acción, genera un miedo a sufrir una consecuencia “terrible” en quien no cumple la orden (como puede ser: un gran castigo o un enfado).
Sabemos que el chantaje emocional influye negativamente en el bienestar emocional de los más peques. Se trata de una estrategia totalmente inadecuada, tóxica y perjudicial para la fortaleza psicológica de un niño.
Al utilizar estos chantajes, estaremos enviando indirectamente este mensaje a nuestro hijo: “haz las cosas para ganar otras o para no perder aquellas que te gustan”. No porque te apetezcan (en el caso de dar un beso a los abuelos) o porque quieras colaborar (en el caso de recoger la habitación o hacer la cama), ni porque quieras aprender a hacer algo nuevo (en el caso de, por ejemplo, intentar hacer algo que le suponga más esfuerzo).
Además, si nos pasamos el día chantajeando a un niño, éste percibirá que las personas con las que más vínculo tiene y que tendrían que pertenecer a su lugar seguro, le amenazan con castigarle de una forma u otra si no hace aquello que ellos quieren.
Con todo ello, a largo plazo lo único que estaremos propiciando es que nuestros peques se conviertan, el día de mañana, en adultos inmaduros, inseguros, dependientes y emocionalmente inestables.
Funcionará muy, muy bien en el momento; por supuesto. Eso es indiscutible. El niño hará todo aquello que le pidamos para no perder eso que tanto quiere o ganar eso que tanto desea. Ahora bien, las consecuencias que derivarán de ello no compensarán tanto en el futuro.


¿Cómo educar sin chantajes?
- En primer lugar, toca hacer una reflexión profunda sobre cómo educamos y tener el firme objetivo de querer cambiar y mejorar.
- Reconoce sus avances. Felicita los buenos comportamientos, la forma de expresarse, cómo gestiona sus emociones e incluso su lenguaje no verbal.
- Evita actitudes que rompen el concepto del amor. Por ejemplo, «si das un beso a la abuela, te doy un caramelo».
- Si adviertes a tu peque sobre algo que harás ante un mal comportamiento, debes ser consecuente. Debe ver congruencia y autoridad. Con cariño y respeto, pero también con firmeza.
- Explica a tu peque lo que esperas de él/ella en diferentes situaciones. Por ejemplo, si nunca ha ido a una boda, explica cómo tendría que comportarse en esa nueva situación.
- No le amenaces, ni le cohibas de tu amor como castigo. «Te has portado mal, ya no te quiero».
Y aquí te dejo algunos consejos con un caso práctico:
NUESTRO PEQUE NO QUIERE RECOGER SUS JUGUETES
Lo primero que puede venirnos a la cabeza puede ser: “O recoges todos tus juguetes o mañana no vas al parque”
Pero, como ya estamos tratando de evitar este tipo de mensajes, vamos a tener en cuenta algunas ideas que nos pueden ayudar:
- Cambia el chip: Tu peque no te está tomando el pelo ni te está tomando “por tonto”. Quizás simplemente no quiera dejar de jugar, quiera seguir pasando tiempo a tu lado… No te está poniendo a prueba.
- Su mejor modelo eres tú: si cuando tú tienes que recoger, tu peque te ve malhumorado/a o sin ganas, asociará esa actividad con algo poco llamativo. Pero si, por ejemplo, te ve cantando y de buen humor… La cosa cambia, ¿verdad?

- Ten en cuenta la etapa evolutiva en la que se encuentra tu peque:
- Antes de los 3 años, tu peque actúa por imitación. No se lo pidas o lances la orden, simplemente empieza a recoger y él te seguirá (por supuesto, esto no quita que le expliquemos el por qué o lo que necesite saber).
- Después de los tres años, ya entiende el por qué y es capaz de integrar la “necesidad” de recoger, por lo que podremos solicitar su colaboración.
- Cuando le pidas algo, plantéalo como una petición, más que como una obligación. No te suena muy diferente si cambiamos el “recoge tus juguetes ahora mismo” por un “oye peque, ¿me ayudas a recoger el puzle y así podemos jugar antes con la pelota?”
- Trata de hacerlo lo más divertido posible. Cantando, bailando, haciendo una cadena… desde la diversión y la motivación será mucho más fácil que nuestro peque colabore.
- Explícale las consecuencias de sus acciones. Pero las consecuencias reales, no las que nosotros establecemos (ahí estaríamos cayendo en un “castigo encubierto”). Por ejemplo: “si no recogemos el puzle, no nos dará tiempo a jugar a la pelota”.
- Valora su esfuerzo. «Has guardado tus cuentos súper bien. ¿Guardamos juntos el resto? Así terminaremos enseguida».
- Y el ingrediente más difícil, pero también más necesario: Paciencia, ¡mucha paciencia! Los cambios no tienen lugar de un día para otro, pero sí cuando somos constantes. Merece mucho la pena intentarlo, ¿no crees?
Muchísimas gracias por la información! Me ha sido de gran utilidad creo que es algo en lo que a veces caemos sin querer pero como tú dices centrémonos en lo que si hacemos bien para seguir haciendo. Gracias Bea!
Hola. Me encanta toda la información que has puesto me parece muy útil. En el punto de valorar su esfuerzo no sería más adecuado «qué ordenados te han quedado los cuantos» o «¡cómo te has esforzado! vamos a seguir con los demás» en lugar. Se supone que no es adecuado decirles bien o mal, no? Si no valorar más el proceso que el resultado. Puede que se haya esforzado un montón y el resultado no sea el adecuado
Muchas gracias, lo veo super util. Lo voy a compartir con mis familiares ya que algunos estan empezando a chantajear a mi peque. Les digo si no lo harias a un adulto por que a un peque? Que razon que nosotros somos los que tenemos que cambair de chip
Me encanta 😍. Ya durante el fin de semana hice justo esto a la hora de recoger y el cambio es increíble, menos enfados, más conexión. Ahora toca ir aplicándolo a todo, no es fácil pero podremos 💪🏻. Mil gracias por el contenido ♥
Muchas gracias por compartir tu contenido. Me ha gustado mucho 😻
Es increíble como con una canción la cosa cambia, pero todo se me complica cuando un hermano recoge y el otro se dedica a tirar o sacar lo que ya estaba recogido. Aquí es cuando tengo que armarme de triple paciencia para calmar la ira del que está recogiendo y a la vez calmar y enfocar la atención en el que todo lo desordena.
Muchas gracias, por todo, haces un gran trabajo y nos ayudas mucho.
Eres una crack
Me gustan muchísimo tus consejos
Yo soy consciente en el momento en el que sale por la boca pero es taaaan difícil cambiar el chip. Seguiremos trabajando
muchísimas gracias Bea!! nos ayudas mucho como padres…