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¿Disciplina positiva es decir a todo que sí?

Puede ser que la primera vez que escuchaste el término Disciplina Positiva lo asociaras a una crianza sin límites. O puede que ya estés familiarizado/a con este tipo de crianza, pero tengas que escuchar comentarios de abuelos, familiares, vecinos o conocidos que te dicen que eso es malcriar y decir que sí a todo lo que quiere tu peque.

Pero, por si tienes dudas o por si quieres poder argumentar tu estilo de crianza a todas esas personas, hoy quiero hablarte sobre qué es y que no es la disciplina positiva.

¿Qué es la Disciplina Positiva?

La disciplina positiva es un método de crianza que en ningún caso es permisivo ni sobreprotege a los peques. Tampoco va al otro extremo y no pretende que los peques se conviertan en sumisos y obedientes. Es decir, no es ni permisivo ni represivo. ¿Qué es lo que busca entonces? Su objetivo principal es que los peques crezcan felices.

La disciplina positiva es un programa de formación para padres y educadores que fue desarrollado por Jane Nelsen y que se basó en el trabajo de Alfred Adler y Rufus Dreikus, dos conocidos psicólogos humanistas. 

A la hora de educar a nuestros peques, debemos pensar en el tipo de crianza que queremos en nuestra familia, ya que esto tendrá consecuencias directas en la conducta de los más pequeños de la casa.

¿Tiene beneficios?

Tal y como demuestran varias investigaciones, los peques que viven muchos castigos terminan volviéndose rebeldes o sumisos. Y los que han tenido una crianza demasiado permisiva, experimentarán una co-dependencia que les impedirá desarrollar una mayor seguridad en sí mismos. Además, sabemos que los castigos y amenazas tienen un impacto negativo en su autoestima y confianza y, además, no resultan nada efectivos para que los más pequeños aprendan.

Lo que se debe buscar en una crianza positiva es:

  • Un equilibrio entre amabilidad y firmeza
  • Educar a los peques desde el respeto mutuo y la cooperación
  • Que la firmeza esté presente, pero siempre con dignidad y respeto
  • Que los peques se desarrollen como personas respetuosas con otros, responsables de sí mismos y con recursos para desenvolverse de forma positiva y conseguir sus metas en la sociedad en la que viven.

Por eso debemos:

  • Ser respetuosos y motivadores
  • Buscar una conexión entre el peque y el adulto
  • Saber que este tipo de crianza tiene efectos a largo plazo
  • Ser conscientes de que con nuestra crianza se enseñarán habilidades para la vida para desarrollar un buen carácter y una socialización sana.

Entonces… ¿Cómo podemos poner límites dentro de una disciplina positiva?

    • Tengamos claros cuáles son esos límites.
    • Debemos explicarlos. Explica porqué son importantes, usa siempre un lenguaje positivo, evitando acusaciones, castigos, etiquetas, reproches etc.
    • Usemos la empatía. Sentir empatía no es ceder sino conectar, que es un primer paso para solucionar cualquier conflicto.
    • Negociemos el mejor modo de solucionar la situación. Así respetaremos las necesidades de los otros y permitiremos que también pongan sus propios límites.

      La Disciplina Positiva va más allá de establecer una serie de reglas porque sí, implica transmitir habilidades de vida, dar la oportunidad a los peques para descubrir y desarrollar sus propias habilidades.

      A la hora de fijar los límites:

    Y cuando vayamos a fijar esos límites pensemos:

    • ¿Son claros?  ¿Nuestro peque sabe lo que esperamos de él?
    • ¿Tienen sentido? Deben tener una razón lógica y coherente. Además, estos límites tienen que ser apropiados para la edad del peque, sin que le estemos pidiendo cosas para las que, por su propio desarrollo, no esté preparado.
    • ¿Los podemos establecer juntos? Si es así, mejor que mejor.

    Y tú, ¿conocías lo que en realidad implica la Disciplina Positiva?

    ¿Necesitas saber algo más sobre ella?

    ¡Te leo en comentarios!

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